Bien venido paco me alegra saber que no soy el único que se sentía avergonzado por seguir gustándome el tente.
Yo he de contar una anecdota ya anteriormente mencionada. Hace unos años tuve un aparatoso accidente de coche del cual aun sigo recuperándome.
A esto se junto alguna mala experiencias con el tente a la hora de tratar con algunas personas, cosa que suele suceder en esta vida y se me desvanecieron las ilusiones seguir con ello.
Pues bien mi mujer ni corta ni perezosa, por mi cumpleños se acerco a una tienda que conocíamos que aun tenían tente y me tajo esto:
Yo me quede a cuadros, y mas en a aquellos momentos donde no nos podíamos permitirnos ningún extra.
Su voluntad fue maravillosa, tanto para mi como para mi buen amigo, con el cual compartí la mitad de mi regalo y que hoy por hoy es el tente que tenemos gracia a ella.
Yo sinceramente doy gracias si a mi maravillosa mujer, que es la que me da ánimos, sin dejarme que me obsesione con ello y a continuar con algo que me hace feliz.
PD: A ella le encanta verme como inculco este tipo de juguetes a mis hijos, ya que ayuda a su desarrollo evolutivo con un puñado de piezas de clástico.